Alemania alargará hasta el 7 marzo un cierre de la vida pública iniciado hace 100 días, en el que se incluyen las restricciones a los viajes, con lo que a pesar de los reiterados llamamientos de la industria turística para una relajación gradual de estas medidas, no se prevé ningún alivio por el momento. Así lo acordó ayer la canciller alemana, Angela Merkel, tras su reunión con los líderes regionales, para abordar la ampliación de estas restricciones. Desde el sector, criticaron la extensión de estas medidas y advirtieron de que las consecuencias para la economía del país “serán graves”.
El propósito de Merkel era mantener el nivel actual hasta el 14 de marzo, si bien se encontró con el rechazo de algunos de los 16 ‘Länder’ -estados federados-, por lo que finalmente se consensuó la fecha del 7 de marzo pese al descenso continuado de los contagios y ante el temor a que la propagación de nuevas mutaciones de la COVID-19 inviertan esta evolución positiva.