El turismo de salud, viajar a una ciudad para recibir algún tipo de atención médica o un tratamiento de bienestar, no es un fenómeno nuevo. Sin embargo, la lentitud con la que se está desarrollando el programa de vacunación contra la COVID-19 en numerosos países de todo el mundo por la falta de viales ha llevado a que surja con fuerza otro tipo de oferta: el controvertido turismo de vacunas. Un ejemplo: en la Unión Europea solo un 22,9% de los ciudadanos han recibido al menos una dosis, una cifra que cae al 8,4% para los totalmente inmunizados, según los datos del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés).
Ante esta demanda de inmunidad, Maldivas ha sido el último país en sumarse a la creciente lista de destinos que ofrecen el suero a los turistas que vayan de vacaciones, en la que ya se encuentran Florida, Rusia, Serbia, Cuba y también Alaska. No obstante, muchos expertos ya han puesto de relieve las dudas éticas que plantea esta polémica práctica.
“Visitar, vacunarse y estar de vacaciones”. Este es el lema lanzado estos días por Maldivas para atraer al turismo internacional. El ministro de Turismo del país, Abdulla Mausoom, explicaba que la iniciativa forma parte del plan para reactivar el turismo en este país del océano Índico formado por islas.
Sputnik V para turistas
El uso de la Sputnik V aún no está aprobado en la Unión Europea, pero eso no impide que se haya empezado a ofrecer en los viajes al país euroasiático. En su cuenta de Twitter Sputnik V ha anunciado un programa para que todos aquellos que lo deseen accedan a los viales rusos que daría comienzo en julio, si bien no ofrece muchos más detalles.