Mar del Plata es sinónimo de verano en la Argentina pero, ante la “nueva normalidad”, la alta temporada estival de 2021 resultó negativa para la industria turística local. A pesar de la decisión política del Gobierno Nacional de apostar a que haya temporada de verano, los pasajeros parecieron escapar este año de los grandes centros urbanos como “La Feliz” y de la hotelería tradicional.
Según datos de la Cámara Argentina de Turismo (CAT), la ciudad balnearia mantuvo cerrado el 36% de los hoteles, mientras que la ocupación fue extremadamente baja para un enero: llegó al 20% en la primera quincena y al 35% en la segunda. Hubo en ese mes un total de 832.230 turistas, según el Ente Municipal de Turismo (Emtur) marplatense, pero en el acumulado de la temporada (del 1° de diciembre de 2020 al 31 de enero de 2021) se verificaron 1.418.312 arribos, con una estadía media de 7,9 noches.
Pero casi terminado febrero, el destino bonaerense necesita apuntar fuertemente a uno sus segmentos más fuertes (luego de las playas, por supuesto), que es el turismo de reuniones. En los últimos años, Mar del Plata se había consolidado fuertemente como un atractivo polo para eventos nacionales e internacionales, con buenas performances, por ejemplo, en el ranking ICCA.