Tres semanas después del fin del estado de alarma, solo un 38% de los hoteles de Barcelona permanece abierto, y con una ocupación media del 30%, según ha explicado el presidente del Gremi de Hotels de Barcelona, Jordi Mestre, en una entrevisdta con TV3, concretando que, al contrario de la reactivación que el sector vive en algunos lugares de la costa catalana o del Pirineo, en Barcelona esa recuperación es “más complicada”, lo que ya preveían.
Al bajo número de hoteles abiertos y a la ocupación media también se suma, según Mestre, que “los precios han bajado entre un 50 y un 60 %”, si bien reconoce que “poco a poco, se va rompiendo la dinámica tan negativa de 2020”.
En un sector que trabaja básicamente con reservas, Mestre ha precisado que las cifras son elocuentes: “En esta época, en 2019, teníamos 63.000 personas hospedadas y ahora sólo tenemos unas 8.000”
Mestre se muestra esperanzado en el futuro y recuerda que “la primera señal positiva fue la aparición de las vacunas y también lo fue el final de las restricciones de la movilidad”, y ahora confían en que “el certificado o pasaporte sanitario reactive esa movilidad”. La situación ha evolucionado en positivo desde la etapa anterior al estado de alarma, cuando a comienzo de febrero los 107 hoteles abiertos en Barcelona registraban menos del 15% de ocupación.
Otra de las dificultades con las que se enfrenta el sector hostelero barcelonés es que “el turismo de negocios, de congresos e incentivos está en estos momentos muy parado”.
A su juicio, “el teletrabajo y las videoconferencias han llegado para quedarse, pero hay grandes eventos como el Mobile, que tienen encuentros fuera del recinto ferial, comidas, reuniones, cenas, fiestas en las que las compañías invitan a clientes y que no se pueden hacer telemáticamente”.